miércoles, 24 de octubre de 2007

El telefonito es... una necesidad!!!

"... Llamada tras llamada.... y bla, bla, bla, bla, blaaaaa!!!"
Así es... y lo sabemos desde la infancia, épocas aquellas en las que una joven y flaca Hola Yola con boina y pantalón campana nos lo cantaba sosteniendo un pesado auricular negro, de esos que hoy se encuentran en tiendas de antigüedades.

Actualmente, en pleno siglo XXI, el teléfono es más que una necesidad, una adicción; un anexo de nuestro ser que puede hacernos regresar varias cuadras a casa sólo para recogerlo; pues sin el celular, nos sentimos incompletos, más aún si nos encontramos en esos momentos o días de la vida en que como Alejandra Guzmán queremos gritar “Llama por favor!!! Soy un cero a la izquierda....”

Es en ese estado como – contra todo pronóstico - casi encontré a mi querida amiga Shola este fin de semana en nuestra incursión por Dalmacia.

Ni bien entramos, volteé porque sentí unos ojos sobre mí. Era un hombre alto, bastante guapo que por un momento me pareció el doctorcito de la costa verde, lo que obviamente casi me sube la presión al punto del desmayo! Volví a mirarlo para cerciorarme que no sea y él estaba nuevamente mirándome. Me vino el alma al cuerpo cuando confirmé que era otra persona y por el alimento a mi ego que significaba su insistente mirada. Pedí mi Blue Margarita y, dándole la espalda, me dispuse a escuchar la nueva historia de mi amiga Shola:

Hace un par de semanas conoció a un hindú que estuvo llamándola, escribiéndole y chateando con ella hasta que finalmente el viernes salieron a tomar un vino en La Bodega de Chacarilla. El hombre, más joven que ella (cosa que no puede importarle menos) es lo que nosotras llamamos un “brainy” de esos inteligentes, con carreras brillantes, maestrías, phd´s, es decir, todo un afrodisiaco!

Pasaron tres horas conversando hasta que finalmente se despidieron y calabaza-calabaza-cada-uno-a-su-casa. En eso el teléfono de ella suena en una de sus modernas versiones: el mensaje de texto. “Me encantaría que vinieras a mi departamento” proponía el hindú. La respuesta de Shola no se hizo esperar y en resumen fue: “Te equivocaste”. “Conéctate al messenger” replicó él; y así fue como “chatísticamente” él le confesó que ella le gustaba y ella le preguntaba por qué se lo decía por messenger si habían pasado tres horas juntos frente a frente. La conversación continuó hasta que se despidieron, apagaron las computadoras y luego continuaron por la versión más portátil: mensajitos de texto por el celular. Toda una necesidad hoy en día ven?

Eso fue todo y según Shola eso será todo. Todo el sábado y todo el domingo el hindú se evaporó para partir a la India este lunes. Entonces, la pregunta era lógica! Cómo se hubiera sentido luego de la noche en el departamento del hindú si sin que nada pase vivió pegada al celular esperando una llamada o un mensaje de texto todo el fin de semana? La llamada o mensaje que guarde coherencia entre la palabra y los actos.

En medio de su narración, Shola me hizo voltear para que vea cómo el que alimentó mi ego tomaba y besaba la mano de la fémina a su lado. Mi comentario inmediato, luego de la historia que acababa de escuchar fue: “Vamos a ver si la llama mañana”! y las estruendosas carcajadas estallaron.

Entonces, la pregunta de rigor es: Existe un timing? Cuál es el perfecto? “La visita al departamento” nos asegura tenerlos al lado?

Tengo amigas convencidas en que hacerlo es sinónimo de atrapar, ligar o enganchar, pero tal vez exponiéndose que ni bien otra camine al lado del hombre éste voltee insistentemente a mirarla. Así, no me interesa.

Esta situación de incertidumbre no sólo es cuando nosotras suponemos que nos llamarán sino también cuando ellos lo dicen!!! Situación brillantemente ilustrada en este chiste de las Superadas de Maitena al final de este post.

Y así sucede. Entre otra ronda de vodka, blue margarita, tortilla española de patatas y pulpo gratinado, nos pasamos varias horas tratando de entender la psiquis masculina y sus ganas de enredar todo: diciendo que harán lo que no piensan hacer o actuando de manera diferente a lo que piensan o sienten. Y ellos nos llaman complicadas a nosotras!

Mi teoría de la evolución se confirma en este aspecto también. Ellos siguen en su rol de las cavernas: son nómades, errantes, esparciendo sus semillas por la ruta. Nosotras, en cambio, hemos evolucionado y – aunque no llevemos una vida sedentaria entre el trabajo, la casa, los hijos y la reconstrucción sentimental - optamos por echar raíces, formar hogares y tener estabilidad.

Esa es la diferencia! El instinto de anidación de la mujer y el errante del hombre. Somos diferentes y siempre lo seremos; y supongo que no nos queda nada más que aceptarlo o resignarnos a ello. Debemos dejar de buscar respuestas de formas y momentos; y como decía mi amiga la China, debemos “play it by ear” y tomar el resultado como una lotería. Si la ganamos, bien por nosotras, y si perdemos deberemos cargar en el hombro nuestras propias equivocaciones. Sin embargo, algo saludable de recordar siempre es, que después de visitar el departamento, el silencio del telefonito es aún más doloroso.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Dearest:

Ajustándome a lo que comentas, cómo haríamos? O sea, estoy cansadísima de andar por el mundo machacándome a mí misma que somos diferentes: que los hombres jamás serán como nosotras ... y nosotras JAMAS como ellos! Cansadísima de pretender que, si voy al "depa" de un prospecto, él va a esperarme ahí o guiarme hasta allá con las mismas "expectativas" que las mías (o sea, que estará con el pensamiento puesto en la llamada del día siguiente o en la frase "eres única y te quiero a mi lado para toda la vida"!). O, en todo caso, cansada de, si se escuchan esas frases, tener que casi hacer oídos sordos de ellas y sólo ver (y no ESPERAR) a que sean o se hagan ciertas!

Entonces, me pongo a pensar, a analizar (por enésima vez) y llego a la conclusión de que hay algo que sí podemos hacer, sobre todo si emulamos lo que muchos hacen justamente en este mes de las brujas: DISFRAZARNOS!

Ay, claro que con eso no me refiero a que todas nos vamos a convertir en travestís o algo así (jamás me pintaría barba, por ejemplo!). Me refiero -básicamente- a que, de vez en cuando, tenemos que disfrazar nuestro instinto y vestirlo de "instinto de hombre".

Que, qué?!!

Bueno, ahí voy...

Seamos pasionales, animales, sexuales y PUNTO! Quitémonos la vestimenta de románticas y sensibleras y disfracemos nuestros REALES sentimientos e intenciones. Quitémonos el disfraz de "pensamiento/sentimiento de hombre" una vez de regreso a casa y cerrada la puerta de la recámara, y entonces (y sólo entonces) pongámonos a lamernos las heridas autoinflingidas por no haber dicho, hecho o demostrado lo que interiormente quería salir a gritos ( o sea: "llámame", "eres el hombre perfecto", "me buscarás?", "cómo queda esto?" y demás, horrorosos etcéteras...).

Creo que eso nos dará mejores resultados que haber puesto cara de esperar a que se nos diga algo (como resultado o consecuencia de una linda noche -aunque sea por chat como Shola)y sentarnos a esperar a que suene el telefonito, humm ... forever!

Y preguntarás: pero nuestro principe azul, cómo se dará cuenta que le importamos si vamos a actuar con "instinto de hombre"? Bueno, pues; no hay nada mejor que ver a un hombre arrástrandose detrás de una mujer ante su indiferencia (aunque esta indiferencia sea disfrazada! Son tan tontos que no se darían cuenta de la diferencia...). Pero nosotras -una vez vencido el primer intento difrazadas- sí nos daremos cuenta en las oportunidades siguientes si ese interés es "real interés" o no (para qué entonces tenemos el sexto sentido, eh?).

Vamos, disfracémonos! Por lo menos hagamos el intento y creo (estoy segura) que saldremos menos golpeadas que si no lo aplicamos...

Y regresando a tu texto, querida Libby, me pareció de-li-ran-te! ese pasaje en el que escribiste:
"...En medio de su narración, Shola me hizo voltear para que vea cómo el que alimentó mi ego tomaba y besaba la mano de la fémina a su lado. Mi comentario inmediato, luego de la historia que acababa de escuchar fue: “Vamos a ver si la llama mañana”! y las estruendosas carcajadas estallaron.". Simpemente genial! (y muy cierto).

Un beso,
CHLOÉ

Lady in Blue - L´n-Blu dijo...

Chloe!!! Gracias por tus comentarios! Son muy ciertos y más de una vez he pensado que la única forma de no salir "golpeada" por llamarlo de alguna manera es actuar como ellos. Eso me hace acordar a un ex enamorado que me decía: "Piensa como hombre!". El dentro de su locura era brillante y en esa y muchas más tenía razón.

Mi pregunta es: si no somos como ellos será sostenible, o nos sentiremos cómodas actuando así?

xoxoxo!
LiBby

Anónimo dijo...

Ten cuidado con lo del "depa", dependiendo de lo que buscas también.

Si es un raspa y gana, normal, ya, ahí quedó, ni te molestes en escuchar sus promesas; si comienza a hacerlas, mándalo a tomar un calmante.

Ahora si es lo otro, para un toque y pon en neutro si quieres. A los hombres nos gustan las mujeres, pero nos enamoramos de las más "difíciles", así tenemos tiempo para ir conociendo más y más. Ir "directo al grano" es como ver el final de la película después de que la contaron casi toda, ya ni gracia deja.

Por cierto, ¿quién ha establecido que toooooodos los hombres somos tooootalmente carnales? Deben ser los mismos diseñadores que hacen tallas 18 o 16 para mujeres de Colombia o Perú (osea, que no han pisado cancha). Ganas de llamarla no faltan, pero creeme, tampoco es bonito arriesgarse al arrastre... es sólo cosa de autoconservación, de esconder las trizas del pasado detrás de un impresionante armazón.

No olvides que el homo sapiens sapiens encuentra, finalmente, su lugar, donde siembra y se queda a cosechar. O al menos se queda un ratazo...

Lady in Blue - L´n-Blu dijo...

Siempre acertados e interesantes tus comentarios Raulín! Me encanta conocer los lados oscuros e inauditamente existentes en la psiquis masculina!

Eres más que un miembro honorífico en este blog! Todo un pitoniso y maestro de ESO que nosotras quisiéramos entender! La mentalidad masculina!

;o) gracias por escribir!
LiBby

El Doc dijo...

Interesante reflexión sobre las formas de pensar. Aunque es eso y más: no sólo somos diferentes en las formas de pensar, sino también en las formas de expresar y de comunicar.

Hasta podría decir que nuestros diccionarios son diferentes, con palabras y frases que tienen distinto valor. ¿O acaso entendemos lo mismo cuando alguien nos responde 'Nada' ante la pregunta "¿Qué te pasa?".

Interesante blog. Habrá que venir a curiosear por estos lares.

Lady in Blue - L´n-Blu dijo...

El Doc!
Interesante nick. Bienvenido al blog y gracias por tu comentario. Me encantó eso de "hasta podría decir que nuestros diccionarios son diferentes".... Maestro Doc!! qué acertado!
Esperamos tu pronto retorno!
:o)
LiBby