domingo, 15 de junio de 2008

El karma del azul




Me imagino que contra todo lo que pudiera esperar por su desmesurado esfuerzo por el perfil bajo, mi querida amiga Shola ha saltado a la fama.

Hoy, no solamente tiene novio sino que además, amigos y amigas que me llaman y escriben comienzan la conversación o sueltan en cualquier momento de ella la pregunta de rigor: “Y que hay de Shola?” Pese a los meses transcurridos y a los conjuros de muchos de mis solidarios lectores, la respuesta es siempre la misma: “Feliz con su novio”.

El problema es que ello significa para mí una doble soltería: de pareja y de amiga! Era la única soltera disponible, compañera fiel de mis “estudios sociológicos” por las noches de Lima; además de divertida y capaz de hacerme reir a carcajadas con sus reflexiones y análisis.

Como buena ave fénix, renací de mis cenizas y decidí llevar y asumir con gran hidalguía mi entera, absoluta e irremediable soltería en el dedo anular. En efecto, había decidido comprarme el famoso SingelRingen. Mi decisión no era para buscar novio precisamente, sino para encontrar gente que al igual que yo, había quedado atrapada en la soledad de círculos compuestos por parejas y familias, a los que lamentablemente – y esto lo ratificará cuanta soltera lo lea – ya no pertenecemos más que para ir a tomar un café, pero de ninguna manera – salvo esporádicamente - para ir a sus casas a una cena o reunión con novios, maridos y esposos.

Era el día de la madre y conversando con mi prima – viajera a comunidades andinas – me comentó que en los pueblos de la sierra las solteras podían ser plenamente identificadas ya que llevan en su sombrero cintitas colgantes nada más y nada menos que de color celeste.

Luego del almuerzo, mi hermana y yo decidimos autoregalarnos el famoso anillo de los solteros por tan maternal día. Nos dirigimos en mi super bólido al Pharmax del Centro Comercial El Polo y sin más pedimos nuestro preciado regalo que para mi más feliz suerte es precisamente de color turquesa! No importa qué lleve puesto, siempre combinará! Eso me dio aún más alegría y convicción de mi buena decisión.

Sin embargo, reflexionando días después sobre la historia de mi prima y en el color del acrílico que envuelve la plata de mi anillo quedé aterrada con el descubrimiento!

Lady in blue… siempre in blue: ropa, botas, cartera, billetera, peine, reloj, lapicero, celular …. TO-DO! Hasta el cepillo de dientes!

Será acaso ese un presagio de un futuro azul? Que en lugar de sólo cintitas en el sombrero llevo y llevaré el azul por todo mi cuerpo por los días de los días amén? Seré soltera por siempre sin remedio alguno? Soy acaso una soltera empedernida? Es ese el karma oculto tras mi obsesión por el color del cielo y del mar?

Recuerden el famoso dicho: “El que quiere azul-celeste, que le cueste!!!”

PLOP!!!